viernes, 4 de junio de 2010

Noches lúgubres

Esta noche me encontraba tirado en la cama inmerso en el tedio de mi habitación por lo que me levanté y cogí el primer libro que tenía a mano en la estantería a mi diestra. Resultó ser las Noches lúgubres de Cadalso y me dispuse a releerlo por enésima vez, ya que es un libro que nunca me deja de fascinar.

A continación os dejo con mi fragmento favorito de esta obra.



- Ya he empezado a alzar la losa de la tumba. Pesa infinito. ¡Si verás en ella a tu padre! Mucho cariño le tienes, cuando por verle pasas una noche tan dura... ¡Pero el amor de un hijo! Mucho merece un padre...

- ¡Un padre! ¿Por qué? Nos engendran por su gusto, nos crían por obligación, nos educan para que les sirvamos, nos casan para perpetuar sus nombres, nos corrigen por caprichos, nos desheredan por injusticia, nos abandonan por vicios suyos.

- Será tu madre... mucho debemos a una madre.

- Aún menos que al padre; nos engendran también por su gusto, tal vez por su incontinencia; nos niegan el alimento de la leche que naturaleza les dio para este único y sagrado fin, nos vician con su mal ejemplo, nos sacrifican a sus intereses, nos hurtan las caricias que nos deben, y las depositan en un perro o en un pájaro.

- ¿Algún hermano tuyo te fue tan unido que vienes a visitar los huesos?

- ¿Qué hermano conocerá la fuerza de esta voz? Un año más de edad, algunas letras de diferencia en el nombre, igual esperanza de gozar un bien de dudoso derecho y otras semejantes imprimen tal odio en los hermanos, que parecen fieras de distintas especies, y no frutos de un vientre mismo.

- Ya caigo en lo que puede ser: aquí yace, sin duda, algún hijo que se te moriría en lo más tierno de su edad.

- ¡Hijos! ¡Sucesión! Éste, que antes era tesoro con que naturaleza regalaba a sus favorecidos, es hoy un azote con que no debiera castigar sino a los malvados. ¿Qué es un hijo? Sus primeros años... un retrato horrendo de la miseria humana. Enfermedad, flaqueza, estupidez, molestia y asco... Los siguientes años... un dechado de los vicios de los brutos, poseídos en más alto grado... Lujuria, gula, inobediencia... ambición, soberbia, envidia, codicia, venganza, traición y malignidad: pasando de ahí... ya no se mira el hombre como hermano de los otros, si no como a un ente supernumerario en el mundo. Créeme, Lorenzo créeme. Tú sabrás cómo son los muertos, pues son el objeto de tu trato... yo sé lo que son los vivos... Entre ellos me hallo con demasiada frecuencia... Éstos son... no... no hay otros; todos a cual peor... yo sería peor que todos ellos si me hubiera dejado arrastrar de sus ejemplos.


- ¡Qué cuadro el que pintas!

- La naturaleza es el original. No la adulo; pero tampoco la agravio. No te canses, Lorenzo; nada significan esas voces que oyes de padre y madre, hermano, hijo y otras tales; y si significan el carácter que vemos en los que así se llaman, no quiero ser ni tener hijo, hermano, padre, madre, ni me quiero a mí mismo, pues algo he de ser de todo esto.

- No me queda que preguntarte más que una cosa; y es a saber, si buscas el cadáver de algún amigo.

- ¿Amigo? ¿Eh? ¿Amigo? ¡Qué necio eres!

- ¿Por qué?

- Sí, necio eres, y mereces compasión, si crees que esa voz tenga el menor sentido. ¡Amigos! ¡Amistad! Esa virtud sola haría feliz a todo el género humano. Desdichados son los hombres desde el día que la desterraron, o qu eella los abandonó. Su falta es el origen de todas las turbulencias de la sociedad. Todos quieren parecer amigos; nadie lo es. En los hombres la apariencia de la amistad es lo que en las mujeres el afeite y la compostura. Belleza fingida y engañosa... nieve que cubre un muladar... Darse las manos y rasgarse los corazones, ésta es la amistad que reina. No te canses; no busco el cadáver de persona alguna de los que puedes juzgar. Ya no es cadáver.

- Pues, si no es cadáver, ¿qué buscas? Acaso tu intento sería hurtar las alhajas del templo, que se guardan en algún soterráneo, cuya puerta se te figura ser la losa que empiezo a levantar.

- Tu inocencia te sirva de escusa. Queden en buen hora esas alhajas establecidas por la piedad, aumentadas por la superstición de los pueblos y atesoradas por la codicia de los ministros del altar.

- No te entiendo.

- Ni te conviene. Trabaja con más brío.



Hoy suena: Therion - Clavicula Nox

Deep abysses I sink into
and behind the light I go



No hay comentarios: