viernes, 27 de febrero de 2009

Opeth - Patterns in the Ivy

Without you I cannot confide in anything
The hope is pale designed in light of dreams you bring


miércoles, 25 de febrero de 2009

I - Lluvia

La lluvia caía contra la cristalera de la abadía en aquella tormentosa noche. Los rayos iluminaban sus vivos colores, dándoles un toque terrorífico. Las puertas permanecían cerradas, sin mayor sonido que el del agua. Pero unos tremendos golpes rompieron el silencio. Fuertes puños golpearon con un sonido metálico como si anunciara el fin del mundo. Tuvo que levantarse el inocente hermano Nails, quien corrió por el frío suelo de piedra hasta la ruidosa entrada. Allí abrió una rendija y solo vio una alta figura cubierta por una negra capa. Dos hombreras de morado color destacaban. Ambas eran distintas, pues la izquierda poseía púas y era ligeramente más pequeña que la derecha, la cual aparentaba ser un caparazón de insecto a medio abrir. La capa era de malla y cubría el resto del cuerpo, a excepción del pecho, donde era visible un tabardo negro con un sol plateado en su centro. El hermano se asustó ante tal imagen y se apartó de la rendija de la puerta.

-Le recomiendo que me abra la puerta. Será mejor para esta abadía si así sucede. – era una voz grave, cansada pero a la vez imponente.

-¿Qué desea?

-Ver al arzobispo Benedictus. Es urgente.

-Ahora se encuentra dormido. No puede ser molestado.

-¡No me importa! – gritó el desconocido dando un puñetazo a la puerta. La mojada madera tuvo un ademán de ceder bajo su poderoso guante metálico.

-Pero… - murmuró el monje.

-Despiértele, ¡por el Dragón de Bronce! ¡O lo haré yo mismo!

Intimidado, el hombre abrió la puerta, dejando pasar al desconocido. Éste no entró hasta que la puerta estuvo abierta del todo. Sus metálicas pisadas resonaron en todo el pasillo y su negra capa dejó caer infinidad de gotas mojando el suelo. Iba cubierto por una capucha y el hermano Nails solo pudo ver una barba rubia y un pelo largo del mismo tono. Los ojos continuaban en plena oscuridad, favorecida por las escasas velas. Pero el sol plateado de su pecho era un símbolo de que aquel hombre era alguien de poder, alguien a quien temer si se era un simple monje. Porque lo que aquel símbolo representaba era el Alba Argenta.

-Despierte al arzobispo, por favor. – dijo más suavemente.

Nails corrió hasta los aposentos de éste. Veinte minutos más tarde, apareció dicho hombre vestido con ropas de dormir y un hábito por encima para protegerse del frío reinante.

-Nails, déjanos solos. Esto no te concierne.

-Sí, padre. – tímidamente desapareció por los pasillos de donde había surgido por primera vez.

-Acompáñame. – dijo mientras comenzaba a caminar hacia la capilla. - Hace tiempo que no nos vemos. ¿Cuánto hace ya?

-Un año, puede que un poco más.

-Cierto… Veo que has cambiado mucho desde que estuviste aquí por última vez. Lástima que abandonases el camino de la luz. – le miró por encima y se fijó en el sol plateado. – No me engañas con ese tabardo, hijo mío. Sé que no lo usas para ostentar tu ficticia posición en el Amanecer Argénteo, pero sí para repeler a cualquier indeseable. ¿Y bien? ¿A qué debo el honor de tu visita?

Su cana barba se movía sin dejar ver los labios. Su calva parecía reflejar la luz de las velas que quedaban atrás, al igual que sus pequeños ojos.

-A esto.

El guerrero se quitó su equipaje. Destacaba un enorme envoltorio de tela. El paquete tenía la altura de un hombre. Parecía una espada descomunal. El arzobispo la cogió en sus manos, pero casi cayó al suelo debido a su enorme peso. Quiso desatar la tela para ver aquella obra de herrería, pero la detuvo la mano antes de tocarla.

-Apesta a sangre, a dolor. Es un artefacto impuro. ¿Por qué lo has traído a este pacífico lugar?

-Porque necesito a Alétheia.

-No puedo dejarla marchar, no contigo. Tú la corrompiste, tú la llevaste por un camino indeseable. Las sombras no son lugar para un clérigo. Ella abandonó esa senda de oscuridad y poder, y a cambio, ha obtenido la paz y la Luz en su corazón. Ha hecho un tremendo esfuerzo por olvidarte, y lo ha conseguido. No permitiré que deshagas lo que ha conseguido.

-Usted deshizo lo que yo conseguí.

-Su torturada mente no podrá resistir de nuevo el futuro que le ofreces. Sé que el poder nunca suelta a su presa del todo, pero creo que Alétheia ha aprendido a vivir con esa carga. – Miró a los grises ojos del guerrero, el cual solo era un poco más alto que él. – He realizado una ardua tarea, Mithrilwind. Perdóname, pero no saldrá de esta abadía, no por un simple capricho tuyo.

-Créame padre, no es un capricho. Es una necesidad.

-Lo siento.

Continuaron caminando en silencio por los oscuros pasillos de aquella abadía. Cruzaron una gruesa puerta de madera y entraron en la capilla. Aquí la lluvia golpeaba los coloridos cristales ligeramente. Ya no había rayos. El arzobispo se sentó en un banco y el guerrero le acompañó. Se quitó la capucha en señal de respeto, dejando ver largos cabellos rubios, en su mayoría recogidos en una coleta.

-¿Rezas, hijo?

-No.

-Entonces rezaré por que conserves algo de Luz en ese corazón tan corrupto que posees.

El calvo hombre adoptó una posición de rezo y comenzó. Las palabras salían de su boca como la lava de un volcán en erupción, pero de un modo silencioso. Hablaba y hablaba. Las santas palabras nunca cesaban, incluso parecían entrar, pues no se detenía ni a la hora de inhalar aire para respirar. El guerrero le observó durante bastantes minutos, hasta que el arzobispo acabase.

Los dos contemplaron el símbolo de la Luz allí presente. Una diminuta columna de piedra poseía una pequeña esfera de color azul en la mitad superior, sin estar en la punta. Dos semicírculos rodeaban este centro de piedra, colocándose uno encima del otro y creando una separación entre ellos, en posición horizontal con respecto a la columna. Por encima del semicírculo superior sobresalía aun parte de la columna central. La figura tenía los bordes pintados de color oro y parecía tener cierto brillo a su alrededor. Era perfectamente visible en la oscuridad de la capilla.

-Ahora desearía que te marcharas y no volvieras nunca más. Sabes que el marshal McBride puede detenerte aquí, y si lo deseo, ahora. No vive lejos.

-Entonces, dele esto a Alétheia. – dijo con pesar. – Su guarda de todos modos no vendría. Ese borracho es un hombre fácil de tratar.

Se levantó y alargó una carta sellada. En ella estaba el nombre de la mujer con una exquisita caligrafía, a la cual el arzobispo miró con sospecha.

-No se preocupe, no es mía. Es de su madre.

-Está bien… buena suerte.

-Adiós.

Y con esto desapareció por la puerta de la capilla. Benedictus se quedó allí sentado hasta el amanecer, pensando en lo ocurrido con aquel viejo conocido. ¿Por qué quería a una maravillosa mujer poderosa en el arte de la Luz? Su larga meditación fue interrumpida por la entrada de los monjes para el rezo matutino, impidiendo recordarle que la madre de la chica había muerto hacía ya tiempo.

A Perfect Circle - Blue

"Just ignore the smoke and smile"

martes, 24 de febrero de 2009

Nueva pandemia recorre el mundo

“Una epidemia de proporciones gigantescas se está propagando a nivel planetario y se ha confirmado que esta epidemia contaminará a miles de millones de personas durante los próximos 10 años”.

Algunos de sus síntomas son los siguientes:

1. Tendencia a dejarse llevar por la intuición y por lo que verdaderamente se quiere, en vez de actuar motivado por la presión de los miedos del pasado o por ideas limitantes acerca de sí mismo.
2. Total desinterés en juzgar a otros o juzgarse a sí mismo de cualquier manera que genere conflicto o separación.
3. Total incapacidad para preocuparse (este es uno de los síntomas más preocupantes).
4. Completa y amorosa aceptación de los demás y renuncia definitiva a tratar de cambiar a otros. (No juzgar)
5. Un deseo intenso de cambiar en miras a mejorar cada día en todos los sentidos.
6. Ataques, repetidos y totalmente sorpresivos de risa, combinados con una extraña y permanente sensación de gratitud y armonía para con tus semejantes.
7. Incontrolable tendencia a sentirse de nuevo como un niño, juguetón, abierto y sin complicaciones.
8. Tendencia a ser soñador, a ilusionarse sin razón y con entusiasmo.
9. Pérdida repentina de la arrogancia y mala memoria en el sector cerebral en el que los resentimientos y el dolor son almacenados.
10. Profundo respeto y veneración por la vida.


Si quieres seguir viviendo sin quedar afectado por esta terrible epidemia evita a toda costa contacto con las personas que presentan estos síntomas. Si ya manifiestas algunos de los síntomas, te informamos que son irreversibles que nunca podrás recobrarte.

Las vacunas contra esta irrefrenable epidemia que se recomiendan son las siguientes:

* Lee todas las noticias sensacionalistas que puedas.
* Ve televisión todo el día, especialmente los noticiarios nocturnos, para guardar en tus sueños los crímenes del día.
* Habla constantemente de las cosas terribles que nos han dicho siempre que van a pasar y exagéralas lo más que puedas.
* No trabajes, no te diviertas, ni pienses en nada que pueda significar progreso o evolución; piensa que el mundo se va a acabar mañana o como mucho en el 2012.
* Concéntrate en los problemas, en lo desagradable, en las enfermedades y en la muerte; conviértete en un especialista del miedo y el dolor.
* Entabla discusiones violentas e inútiles.
* No permitas que tu estado de salud se libre de flagelos tales como dolores de espalda, problemas digestivos, dolores de cabeza, alta o baja tensión, y un alto nivel de azúcar en la sangre.
* Desvalórate lo más posible, no reconozcas nada noble o bueno en ti.
* Muy importante ¡Quéjate todo el tiempo y no reconozcas nada bueno o positivo ni en tí ni en los que te rodean!


Si no surten efectos los antídotos descritos, no nos leas más porque correrás peligro de contagio.

lunes, 23 de febrero de 2009

Savia - Sólido

Es mejor no querer mirar tan alto amor.
Mucho mejor caminar despacio y poder llegar.



domingo, 22 de febrero de 2009

Desesperación

Creo que ya subi este texto en otro momento, pero ahora mismo no recuerdo xD

¿Amor? ¿Amor fue lo que sentí? ¿Acaso no era una ilusión? Te pude conocer… ¿me conociste tú? No lo sé, ni nunca más volveré a saber de ti. ¡Oh, cruel destino que me separó de ti! ¿No debería haber ido yo contigo? Quizá… Pero ahora, entre estas cuatro paredes, lloro. Me encierro en mis libros y lloro. Y al mirar por la ventana, observando detenidamente los copos de nieve al caer, lloro. No lloro por ti, amor, sino por lo que pude perderme sin estar junto a ti. Y ahora, alzando la cabeza y jurando ante los ángeles de ese techo semidesnudo que me miran con melancolía, me confieso ante Dios de mis pecados. Todo lo que hicimos alguna vez juntos, todo lo que me enseñaste, lo que me susurrabas al oído, no lo he olvidado. Y acercándome a la ventana cada día, la abro de un tirón. Y susurro, susurro a aquel aire gélido del cuál todos los días tus besos me separaban. Susurro, en un intento desesperado de acercarme a ti, de seguirte a donde fueras.

Lo siento, no puedo, llorando en esta mansión me tienen, sin dormir, comiendo y vomitando mis recuerdos junto a ti una y otra vez. No puedo olvidar. No, a no ser que… ¡pero no! ¡No me dejarán! No quieren que me vaya de aquí, quieren encerrarme, quieren torturarme el alma. El alma, aquello que agonizó una vez, ya no ha vuelto a hablarme. Lo sé, quieren mi muerte, la desean. Pero no podrán hacer nada. Te tengo a ti, amor, te tengo a ti, y no me podrán tocar mientras tú a mi lado estés. Necesito salir, tocar la nieve, abrasarme con el hielo, y recordar. Seguir recordándote. No quiero olvidar.

Y aun así, lo haré. Aquí encerrado, agonizando por locura. Sin ninguna mano a la que asirme ni oído al que contar mis penas. Solo te tengo a ti, en mi cabeza. Y vuelvo una y otra vez a repasar mi vida. ¡No quiero! Sé que no volverás. ¡Pero me obligan! Dicen que así será la única manera de que consiga olvidarte. ¿Cómo? Tu voz, tus miradas, tus caricias quedaron grabadas a fuego en mi alma.

Lo noto. Sé que el pánico me invade. Tengo miedo, tengo auténtico terror de que te hayas olvidado de mí. No puedo creerlo, ni quiero pensarlo. Pero algo me dice que me sigues odiando. ¿Por qué? ¿Tan difícil te resulta olvidarlo? ¡Perdóname! Sin tu perdón yo me muero. ¡Háblame! Sin tu voz yo me hielo entre la melancolía y la desesperanza. ¡Mírame! Sin tus ojos yo no puedo abrir los míos.

Yo te recuerdo. Recuerdo los momentos que pasamos en lo más hondo del pozo de Cupido. ¡Oh, Cupido! ¡¿Por qué me ha abandonado?! Él fue quien hizo que nuestras miradas se cruzasen, quien hizo que mi mano acariciara a la tuya mientras me susurrabas al oído canciones de amor. Fue él quien planeó nuestros viajes a mil y un lugares, a cada cuál te amaba más mientras conocía cada uno de los detalles de tu ser. El mismo ángel de la añoranza que nos miró al darnos nuestro primer beso, en el que nuestras almas se fundieron en una sola y nuestros corazones latieron al unísono. Él fue quien nos dio fuerzas en los momentos difíciles, en los que sólo nos teníamos en pie gracias a tu constancia y seguridad. Todavía recuerdo tus pasos libres y seguros mientras caminábamos abrazados por el parque.

¡Hemos vivido tantas cosas! Entonces… ¿por qué te fuiste? ¿Por qué me dejaste en este mundo sólo y desamparado? ¿No nos amábamos? ¿Dónde quedó ese amor? ¡No puedo pensar! ¡El dolor me corroe el corazón! ¡Respóndeme! ¿No entiendes que no puedo vivir sin ti? ¿No era tu amor verdadero? ¿O quizá el mío no era lo suficientemente entregado? No… No puede ser… ¡yo te amaba con toda mi alma! Mataría por poder verte una vez más, por sentir tu pasión en mi boca de nuevo, por volver a tocar tu cabello durante horas. ¡Moriría sólo por ti! Moriría sólo para poder saber algo de ti Te necesito.

Y aun así… te perdí… lo perdí todo… ¿Qué nos separó? ¿Qué deidad desearía la muerte y la locura a dos amantes como nosotros? Ahora me desespero y clamo al cielo: “¡¿Por qué dejaste que ocurriera?!” Repito una y otra vez, agitándome, volviéndome loco por la angustia de un destino como el nuestro.

No… Sólo yo tuve la culpa. No pude hacer nada. Te dejé ir, como una madre deja marchar a su hijo emancipado. ¿Por qué? Ni yo lo se. Sólo se que no merezco una vida contigo. No pude cobijarte entre mis brazos, y abrazarte para que no te fueras. Sé que no debo, pero cada día que pasa deseo más que vuelvas, que te quedes junto a mí. Olvidar el pasado, regocijarnos en nuestra dicha, y volver a abrazarnos sonriendo mientras hacemos fluir nuestras miradas.

¡Pero no me dejan! ¡Me despojaron de mi libertad cuando te fuiste! ¡Y no me es posible salir! Y aún así, al ver el sol amanecer, rasgando mis ropas, lloro, y le pregunto al mismo sol el porqué de esta luz suave y clara, cuando debería estar de luto, oscura… negra como la muerte. Y cuando veo las ramas de ese árbol, hermano del edificio, que irrumpen en la habitación por la ventana, me postro ante ellas de rodillas, suplicando una respuesta a mis súplicas, ¿por qué no guardan silencio, dejándome velar tus recuerdos en paz?

Llorar. Sólo me queda llorar. ¿Qué otra cosa puedo hacer? Sé que no volverás. Y aún así suplico al mundo que te devuelva a mi lado. Soy egoísta, quiero tenerte, sin hacer nada por conservarte. En el fondo de mi corazón… sé… que no me amabas. Sé que te fuiste por eso. Y aun así, quiero que vuelvas a mi lado, quiero tener otra oportunidad, quiero al menos atisbar una porción de ese inmenso amor que me mostraste antaño. ¿Sólo me mostraste? Me destrozo el alma intentando imaginar que no fue solo una actuación, que fue amor de verdad. Aunque en el fondo sé… que no me amabas.

¡Amor! ¡No te vayas! ¡No me dejes a merced de estos locos! ¡Ya vienen! ¡Se acercan! Están aquí… no… no puedo… recordar…

¡Ah! Ahora lo comprendo. Lo siento, amor. Lo siento, mi vida. N-no… no podré hablarte más, porque mancharía tu honor perdido. Ahora que lo sé… no puedo ni mirarme. Me lo han contado, me lo han contado todo… Los problemas entre nosotros… Las discusiones… Los gritos… Ahora sé, al fin, porqué no estás junto a mí. Porque yo lo hice… porque… porque yo te maté.

Maldito amor

"Yo sólo siento el tiempo que perdi
sufriendo por tu amor hasta sangrar"

sábado, 21 de febrero de 2009

Las emocionantes historias de aburrido

Entonces, Isidarun, cogió...

Oye... que esto no es el roleo

Jourl... es verdad. Y yo llevo tres dias preparando el capítulo. A ver ahora que me invento.



Capítulo 1: La Historia de Aburrido.

Había una vez un gnomo muy hermoso (hermoso en el sentido de que estaba grande y crecidito para ser un gnomo, no en el sentido de guapo, ya que era mas feo que Jim Carrey. Es como cuando el del campo dice: "Ma salio unos tomates muy hermosoooos" y sin embargo los tomates no son guapos. Ya me entendeis) y media treinta centimetros. Tenia el pelo verde, los ojos rosas y vestia una tunica azul de Tommy Hilfiger.

De pequeñito (¿alguien se ha imaginado alguna vez a un gnomo bebe?) sus padres le pusieron de nombre Wenceslao. Sin embargo la sociedad gnoma no estaba aun preparada para ese nombre, y el pobre Wenceslao sufría constantes palizas en el cole (aunque siempre sospechó que detras de ello estaban sus padres). Después del cole, se compró un libro llamado "Ingenieria para Tontos; de MacGyver" y se metió a eso de hacer cachivaches raros como si fuera un inventor loco.

Tal vez el hecho mas importante en la vida de este gnomo fue cuando apostó con un enano a que su cabeza no explotaba si la sumergía un minuto en la lava de "La Gran Forja". Ganó diez monedas de cobre, pero su cerebro quedó trastocado y por fin fue aceptado en la sociedad gnoma, cuando el gran Chapucero Mettanosequé se dio cuenta de que estaba como un cencerro.

No obstante, quedaba el tema de su nombre, por lo que fue diciendo a todo el mundo que se aburria hasta que la gente le puso el apodo de "Aburrido" y nadie recordó nunca mas su verdadero nombre (lo cual es cosa extraña, ya que yo, el narrador, recuerda que se llamaba Wenceslao).

En Gnomeregun... Gasomeran... Gnomeculos... bueno, la ciudad esa, Aburrido se durmió encima de una gran maquina nuclear. Por desgracia, el gnomo acostumbraba a moverse mientras dormía y cayó en el tubo radiactivo. Las neuronas alocadas y repletas de lava de Ironforge del gnomo sobrecargaron el reactor que hizo explotar la maquina, que abrió un boquete por donde empezaron a salir unos bichos muy feos en taparrabos, comunmente llamados Tarzanes o Troggs en la lengua elfica. Se le echo la culpa a otro gnomo con un nombrem muy raro que no recuerdo ahora... cosas de la resaca, ya veis. No tomeis alcohol niños, o no recordareis nombres de gnomos.

Después probó suerte en ser aventurero de "bandas", intentando matar a dragones y señores de fuego. Pero estornudó delante de un dragón dormido y este se comió a todos sus compañeros.

También intentó probar suerte en batallas contra la Horda, pero en el Valle de Alterac cogió un constipado (con tanta nieve) y se lo pegó a todos sus compañeros, dejandolos en cama una semana, y la Horda conquistó el valle.

Desde ese dia se le conoció como Aburrido "El Gafado" o "El puto gnomo que trae la desgracia". Cuando caminaba por Ironforge, los gnomos le señalaban y gritaban a coro "el gafaaaaaaaado" mientras que los enanos le intentaban pegar con palos mientras gritaban "puto gnomooooooo".

El caso es que un dia, mientras huia de un grupo de enanos furiosos con fustas, Aburrido se encontró con una persona muy rara: era un tio con un tutú rosa y muy peludo. Le habló con una voz muy ronca.

-Hola. Soy tu hado madrino.
-Dirá usted hado padrino.
-No. Tenia copyright y he tenido que coger este.
-Anda. ¿Y que haces aqui?
-He venido a condecerte el deseo de que te dejen en paz.
-Jo que royo.
- ._ .U ¿queing?
-Es que me gusta que me persigan. Es diver.

El hado madrino le metió una colleja que sono como: PLASHHHHHHHH.

-¿Que decias?
-S...si condeceme el deseo ese. Pero no me pegues mas porfi.
-Veo que no te gusta ese deseo. No te lo voy a conceder.
-._ .UUUU la madre que te parió, hado madrino.
-No si encima de que la empresa me obliga a vestir un tutu, tengo que aguantar tus quejas.

Y dicho esto, le metió otra colleja, que sonó como: PANGGGGG. Después desapareció, y no le volvió a ver.

Como haría cualquier persona normal después de presenciar esto, Aburrido empezó a darle al grog, que era una bebida importada de Melee Island (TM), que contenía uno o mas de los siguientes ingredientes:

Acetona.
Ácido para baterías.
Ácido sulfúrico.
Endulzantes artificiales.
Glicol propílico.
Grasa para ejes.
Pepperoni.
Queroseno.
Ron.
SCUMM.
Tinte rojo nº2.

Todo el mundo sabe que el grog es una sustancia muy corrosiva, que puede destruir las jarras de metal donde se sirve, y que hay que tomarlo directamente del barril u otro recipiente. Sin embargo, el estomago a prueba de bombas de Aburrido hizo que la bebida no disolviera el cuerpo del gnomo, pero le causó horribles mutaciones, creandole branquias (además de un tercer pulmón y otro riñón). El gnomo aprendió a bucear en el agua sin ser brujo o chamán.

Al tener que dejar de beber grog por peligro a que se le cayerá la picha a trozos, Aburrido tuvo que encontrar una manera distinta de olvidar sus penas. Se pasaba largas horas pegandose golpes contra la pared para olvidar sus problemas.

Sin embargo, una nueva empresa floreció en Ironforge: La CocaCola Company, que había creado una bebida no-alcoholica pero aun asi adictiva llamada CocaCola (que original) cuyo ingrediente principal era la cafeina (producto favorito de nuestro protagonista). Cada vez que Aburrido bebía CocaCola, el gnomito obtenía superpoderes (debido al acelerón de su mente enferma) y los usaba para combatir al mal.

No obstante, su carrera de superheroe cesó cuando un hamster asesino lo derrotó en la temible batalla de los superheroes de Ironforge (donde murió el famoso superheroe Orly Owl.

Por último, decidió enrolarse en un barco de piratas contrabandistas que cada frase que decían, incluía un "yarrr".

-Yarrr, arriad las velas.
-Yarrr, la vida pirata es la vida mejor.

Etc, etc.

Con el contrabando de repollos, Aburrido se sintió realizado, y pasó el resto de sus dias feliz... hasta ahora.

Alicia (espulsada al país de las maravillas)



Alicia en su pensamiento
Tirando del hilo de su enredo
Alicia en el laberinto
Sin minotauro me llama: ¡teseo!

viernes, 20 de febrero de 2009

Breviario del caos

Bueno voy a intentar traer mi blog antaño olvidado de entre los muertos :P. Hoy un pequeño fragmento:

"Tendemos a la muerte como la flecha al blanco, y no fallamos jamás, la muerte es nuestra única certeza y siempre sabemos que vamos a morir, no importa cuándo y no importa dónde, no importa la manera. Pues la vida eterna es un sinsentido, la eternidad no es la vida, la muerte es el reposo al que aspiramos, vida y muerte están ligadas, aquellos que demandan otra cosa piden lo imposible y no obtendrán más que humo como recompensa. Nosotros, que no nos contentamos con palabras, consentimos en desaparecer y aprobamos nuestro consentir, no elegimos nacer y nos consideramos afortunados de no sobrevivir en ninguna parte a esta vida, que nos fue impuesta más que dada, vida llena de preocupaciones y de dolores, de alegrías problemáticas o malas. Que un hombre sea feliz, ¿qué demuestra? La felicidad es un caso particular y nosotros observamos sólo las leyes del género, razonamos a partir de ellas, sobre ellas meditamos y profundizamos, despreciamos a quienquiera que busque el milagro y no estamos ávidos de beatitudes, nuestra evidencia nos basta y nuestra superioridad no se encuentra en otra parte."