lunes, 17 de marzo de 2008

Hoy un texto que me pasaron muy interesante, y que espero que junto con el video la gente que lo lea haga examen de conciencia



Mil novecientos ochenta y cuatro. No muy lejos de la realidad.



Dos mil ocho. Hoy vivimos bajo la triple atadura;



La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza.



Las naciones imperialistas desgastan su potencial beligerante a partir de guerras de baja densidad, que mantienen al mundo en una tensa calma. La guerra es constante, se produce a niveles que no sobrepasen un cierto límite, con lo cual se evitan guerras de gran escala. Las naciones en disputa son las únicas capaces de ofrecer desequilibrios, por lo que se convierten en los campos de batalla mismos, robando toda vitalidad de su sistema. Nadie sospecha, nadie sabe, y de saberlo, no interesa, no se hará nada. El estado constante de belicosidad evitara guerras reales.



Y precisamente no se desea otra cosa que colaborar, porque se teme ser realmente mal pensante. Esta mal pensar mal, se toma esto como axioma para modelar la realidad, aunque en si misma, la frase es un absurdo. Es la digna aplicación del doblepensar.



Temer al libre pensamiento –Que en definitiva para nuestro oficio tiende a lo negativo- es la devoción a las propias cadenas. Una vez se logra hacer que el prisionero ame su condición, se tiene el caldo de cultivo perfecto para la dominación.



No saber y no querer saber es un fin en si mismo. Se desea la inercia como se anhela la existencia tranquila. Se ignora el mundo, se tapan los oídos, y el entendimiento, critica y análisis se eliminan.



¿Qué en el mundo ha pasado?



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