Grylls lo tiene crudo

Cuatro sigue rentabilizando El último superviviente, ese fake protagonizado por el falsario e hipnótico Bear Grylls. Y aquí hemos descubierto una nueva prueba para desenmarcarar a este cuentista que pone cara de asco al comer carne cruda de cebra o tórax de insecto gordaco. La gente de buen corazón siente lástima, y los taxistas de España dicen cosas como "lo que hacen algunos para no tener que trabajar, a ese le daba yo un pico y una pala" (vale, no sé si alguno lo ha dicho, pero seguro que muchos lo piensan). En un capítulo, Bear se come un erizo de mar crudo componiendo gestos de absoluto desprecio mientras compara su textura a la caca de bebé y afirma que en Japón es un manjar, pero que él lo duda mucho. Tras varios gestos de extremo rechazo, explica que necesita algo para "quitarse el sabor de la boca". Escucha Grylls; pásate por Asturias, pide oricios (crudos o cocidos) y quítate el sabor con una botella de sidra.

Hoy suena: Matchbox Twenty - Cold